Que es la literatura infantil

1. ¿Qué es la literatura infantil?

La literatura infantil es un arte que recrea contenidos humanos profundos y esenciales; emociones y afectos primigenios; capacidades y talentos que abarcan percepciones, sentimientos, memoria, fantasía y la exploración de mundos ignotos.

Es un arte que abarca campos del quehacer humano básicos y que tiene que ver de manera raigal con la cultura, la educación, la comunicación, la ciencia y lo más central de las humanidades; es un arte que asume la realidad, decanta la vida, recorre y traspasa la fantasía, toca y se introduce en lo eterno.

Devela, desentraña y debate artística mente asuntos fundamentales del ser del hombre y de las cosas, de la naturaleza y de la vida, del cosmos y el destino, al mismo tiempo que remece, conmueve y transforma el alma escondida del ser del niño o de la persona humana que lee, al mismo tiempo que sublima y cambia la vida.

Busca reinventar el mundo en función de viejos y a la vez nuevos cariños e ilusiones. Permite que el niño se sitúe frente a la realidad con fascinación, lleno de encanto que los creadores arrancan al misterio como expresión de la vida con significados henchidos de valor y colmados de esperanzas.

Diversas categorías o clases de literatura infantil se perfilan. Así, se puede considerar una literatura infantil hecha por adultos con alma de niños y de niños con puño, tinta y pluma de adultos.
Ya en otro plano u orden, hay una literatura en donde predomina lo lúdico, otra en donde se despliega lo fantástico, otra donde bulle lo humano en su dimensión social o colectiva. Hay una literatura que se complace en el ritmo del lenguaje, otra que se interesa más bien por el ámbito de las formas, otra que se sumerge en la materia de los sueños, y otra que se compromete con los problemas y dolores del mundo.








2. Literatura Infantil: Un escenario de múltiples lecturas.

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La literatura es una sola, escrita en cientos de lenguas y clasificada en varias etiquetas: novela, cuento, ensayo; literatura juvenil, literatura para adultos y literatura infantil, entre otras. Pero estas etiquetas no necesariamente limitan la forma como el lector se acerca a los libros, aunque éstas, de manera individual, tienen sus propias reglas (dinámica).
Las imágenes enriquecen la literatura infantil. Los cuentos de los hermanos Grimm, de Charles Perrault, de Hans Christian Andersen, la televisión se encargó de dibujarlos: Caperucita Roja, El Gato con Botas, Hansel y Gretel, Los Tres Cerditos y El Patito Feo, entre otros llegaron a nosotros gracias a la "caja mágica". La imagen es un complemento importante para la literatura infantil, porque recrea el texto y permite otra lectura, una paratextualidad con la obra.
En la actualidad los grandes autores de la literatura infantil son también los ilustradores de su propia obra: Keiko Kasza, Anthony Browne, David Mackee, Jimmy Liao, Ivar Da Coll y Shaun Tan, entre otros, entendieron la necesidad del dibujo; de hecho, varios de ellos comenzaron como ilustradores de otros textos.
El Árbol Rojo."A veces el día empieza vacío de esperanzas...", así comienza El Árbol Rojo , un libro escrito e ilustrado por Shaun Tan, donde el autor nos habla a través de las imágenes. El texto en este libro álbum viene a acompañar la ilustración y no al contrario; busca guiar al lector, motivarlo a seguir un orden de ideas, sirve de puente entre las caóticas y sombrías ilustraciones y el imaginario del mismo, no pretende imponerse y esto se evidencia en su brevedad y sobriedad.
Toca un tema que creemos exclusivo de los adultos: la desesperanza. Se sumerge en él de tal manera que logramos sentir, aunque sea por un momento, toda esa angustia, nos sumergimos con él, nos adentramos en el mundo del personaje principal, en su día gris, decepcionante y sin sentido, vemos, además, cómo este día lo aplasta como si le extirpara sus fuerzas, sin embargo, también de la mano de ese personaje podemos ver cómo surge un "algo" maravilloso, un "algo" que siempre ha estado ahí, sólo que, simplemente, no estaba viendo. Ver más de El Árbol Rojo
Willy el soñador.Es este libro Anthony Browne deja que Willy aparezca de nuevo, lo hace otra vez su personaje principal, lo elige para convertirlo en pintor, en cantante famoso, en estrella de cine, le da la habilidad de soñar y muestra sus sueños en una especie de galería de imágenes; imágenes fascinantes, que atrapan y le dan al lector la oportunidad de viajar junto a Willy, hasta ese mundo inagotable de los sueños.
Rey y rey.¿Rey y rey? ¿Cómo así? ¿Qué quieren decir las escritoras Linda De Haan y Stern Nijland con eso de Rey y rey? Efectivamente éstas arriesgadas holandesas nos muestran una historia totalmente fuera de lo común, una historia perturbadora para muchos, una historia de amor que surge cuando un príncipe no encuentra una princesa que le guste, una princesa con la que quiera compartir su vida y su reino, pero, por un maravilloso encuentro, conoce a un príncipe encantador con quien decide casarse. La boda se celebra y los príncipes viven felices para siempre como Rey y rey. Este libro es una oportunidad para hablar con los chicos de este tema, para planteárselo sin tapujos, sin prejuicios, como una historia de amor, una de tantas, una que es preciso dejar de ocultar.
Así es la Literatura Infantil, llena de seriedad, de caos, de sueños, de imágenes, de mundos invisibles, de adultos y sus extraños problemas y de niños y sus inocentes sonrisas. Hay que dejarse deslumbrar por ella. ¡Leerla!

3.  Valores y formación en la literatura infantil y                                   juvenil actual

Los valores son referencia para la formación del comportamiento humano desde un punto de vista socio-educativo. Desde el punto de vista pedagógico son referencia para el desarrollo y el crecimiento humano dentro de un determinado grupo social. Así que es conocido que los valores existen y son necesarios para la vida en sociedad. Marín Ibáñez define el valor como “toda perfección real o ideal existente o posible que rompe nuestra indiferencia y provoca nuestra estimación, porque responde a nuestras tendencias y necesidades” (1976:21) o en palabras de Cervera “es todo aquello que no nos deja indiferentes, que satisface nuestras necesidades o que destaca por su dignidad. (19991:298). En un sentido humanista, el valor hace que el hombre sea hombre, es lo que le da la característica de “humano”. Es decir, el valor no existe sin alguien que lo valore. Su existencia sólo es posible cuando un ser humano lo observa y lo activa en su vida. Los valores son parte de la formación de la esencia humana. Son creaciones humanas que hacen que las cosas adquieran un nuevo sentido. Esas “creaciones” han sido objeto de preocupación persistente de los filósofos, en el intento de descubrir y comprender mejor la esencia del ser humano y su relación con el medio en el que vive. El hombre es un mediador entre el valor y la realidad, pues por él los valores se realizan en el mundo. Gervilla (2000:43). Los valores no son inmutables. Son complejos, cambiantes, expuestos a diversos factores externos e internos, pueden convertirse en superiores o inferiores según la situación, el momento histórico o el individuo que lo realice, lo que puede generar conflictos entre los seres humanos que viven en comunidad. Yubero et al, entiende por valores las “creencias básicas a través de las cuales interpretamos el mundo y damos significado a los acontecimientos e, incluso, a nuestra propia existencia. Forman parte de nuestra cultura subjetiva y hemos de considerarlos como realidades dinámicas, sometidas a cambios condicionados en su manifestación y realización por el espacio y el tiempo” (Yubero, et. al., 2004: Si los valores forman parte de la historia y de la cultura en general se hacen dos preguntas: ¿qué papel tiene entonces la literatura infantil y juvenil en la formación de los niños y adolescentes, respecto a los valores? Y ¿Cómo se presentan esos valores en las narraciones creadas para los más pequeños?

Las investigaciones en torno a los valores han sido desde los años 90 objeto de polémicas y controversias generando reflexiones especializadas dentro y fuera del ámbito educativo. La literatura infantil desde siempre ha sido un campo donde se han sembrado valores que, sin duda, han formado parte de la mentalidad colectiva. Los valores, sean tradicionales o nuevos, determinan la temática y las peculiaridades formales que diferencian las literaturas infantiles de ayer y de hoy. Según Bortollucci (…) “la obra literaria infantil manifestará, si no implícitamente  por lo menos implícitamente, las prohibiciones, las prescripciones, en fin, el conjunto de símbolos que definen una sociedad o cultura determinada. El aprendizaje de los valores opera mediante la asociación repetida entre signo (palabra, concepto abstracto, objeto), y su significado. La literatura infantil refuerza la acción simbólica de determinados signos con determinados significados. (1987:88). El modelo tradicional giraba en torno a valores como el individualismo, la obediencia absoluta a los valores de la Iglesia, el dominio de la ejemplaridad, la división clasista de la sociedad, la superioridad masculina. Los nuevos modelos ofrecen otros valores como el espíritu solidario, el cuestiona miento de la autoridad, las transformaciones del sistema social en busca de la igualdad, la libertad y la justicia social, la tolerancia, el respeto a lo diferente, la denuncia de contenidos sexistas, los valores ecológicos y pacifistas, la convivencia, la multiplicidad  los valores para la ciudadanía, etc. Tradicionales o actuales vemos que la relación con los valores le es inherente a la literatura: no sólo porque es imposible hablar de la existencia sin referirnos a ellos, sino también porque el acto de escribir es un acto de comunicación, lo que implica la posibilidad de acuerdo, en nombre de valores comunes. Ahora bien, la literatura no es un sermón: la diferencia entre ambos consiste en lo que es en éste una experiencia previa, sólo puede ser en aquélla un horizonte.(Todorov, 1991:152).

La literatura, efectivamente, permite al lector recrear su propio mundo, y generar sus propias ideas. “En la estructuración del cuento el niño contempla las estructuras de su propia imaginación y, al mismo tiempo las abastece, construyendo de ese manera un instrumento indispensable para el conocimiento y el dominio de la realidad”. (Rodari, 2005:132). La literatura infantil ayuda al niño a “teorizar” su vivir, pues le hace razonar ante las vicisitudes de los personajes, a valorar o despreciar sus actos, y a relacionar las conductas reflejadas en los textos con sus propias experiencias y valores. El niño puede con la lectura literaria participar de emociones, compartir ideas e ideales, sufrir o gozar con la trama. Esto es, en parte, lo que le da a la literatura infantil ese especial poder educativo, en el sentido formal y moral de la palabra, esa cualidad excepcional para la transmisión de valores. La literatura puede ayudar en la tarea de educar, con la posibilidad de abrir caminos a los que buscan, en dirección a una nueva mentalidad más abierta, inventiva y personal, a ser conquistada por todos. Sin embargo el discurso de la moral consensuada en la sociedad, se apropia de la literatura con el fin de transmitir sus contenidos con falseada eficacia. Los textos son elegidos según criterios morales, que muchas veces ni se acercan a los objetivos literarios. Se crea entonces una relación entre la moral y el texto, buscando los logros inmediatos de esa relación. Esa relación puede resultar a veces perjudicial para la literatura infantil como lo señala Etxaniz “Claro, esa relación con la educación y la escolarización ha producido por delante del logro de otros objetivos, el empobrecimiento de los textos. En muchos casos nos encontraríamos no ante obras literarias infantiles, sino ante libros normales”. (1997:82). La instrumentalización didáctica y pedagógica, la presión de las instancias escolares y educativas o de las propias editoriales especializadas, hacen que la “carga” educativa y didáctica, así como la presencia del discurso ideológico, sea evidente y, en algún caso, contraproducente o abusiva lo que termina por obstaculizar el placer literario.




4. La literatura infantil en el preescolar 

La literatura infantil como cuentos, relatos fantásticos son útiles para establecer una discusión en el aula preescolar ,especialmente en la etapa pre lectora  Al leer cuentos el niño desarrolla las capacidades de generar una organización temporal de los hechos y por lo tanto, logra el acceso a las primeras relaciones causales, los antecedentes y los consecuentes de aquello que ocurre con los personajes.

El lenguaje se adquiere utilizándolo aprendiendo como usar las palabras. La narración canaliza esta elaboración de significados. El niño adquiere referentes y se fomenta el gusto hacia la lectura.

Es preciso retomar los cuentos, tener en cuenta como abordarlos y procesarlos .
La docente lectora contribuye a la construcción compartida del conocimiento, exhorta a extraer una conclusión para reelaborar una moraleja. Se debe investigar sobre las estrategias de trabajo docente en el aula preescolar , para entender mejor la utilización del lenguaje como instrumento para producir un nivel superior de discurso y pensamiento en los niños .









5.  La literatura infantil en preescolar como asignatura

 debe enfocar su labor hacia el mundo del niño.


El niño cuando diferencia a la madre de los 8 a 12 meses cuando pasa a una inteligencia práctica el niño se vale de un objeto para tomar otro ,sigue los ruidos, los movimientos; en este sentido las canciones onomatopéyicas ,la rimas, los versos, la combinación de lenguaje (verbal, mímico y musical) son muy valiosas.


Posteriormente y hasta cerca de los siete años, los temas se van hacia el lenguaje que reproduce la realidad a través de fabulas y símbolos, principalmente dándole características especiales a los animales y las cosas.


Después del preescolar hacia los siete años el niño va descubriendo un mundo que le suscita curiosidad y lo va preparando al sentido aventurero.

Los experimentos fabulosos o sencillos, las exploraciones, la vida de hombres ejemplares y en general los cuentos fantásticos y maravillosos llaman su atención.

El adolescente se traslada a diferencia de un niño del preescolar al mundo de los héroes y de la realidad que su modo de ver es la mejor.

Se quiere explorar en todo sentido y lo romántico seduce principalmente a las jóvenes, mientras que a los jóvenes prefieren la acción a través de aventuras policíacas, del oeste, espías etc.
Aunque en cualquier edad se encuentran comportamientos creativos es en el niño en quien la creatividad ocupa un lugar especial.

El niño preescolar es más abierto, es libre, está menos sujeto a esquemas establecidos y a comportamientos estereotipados.

La creatividad del niño en preescolar se expresa en dimensiones múltiples: en la percepción, en la idea, en la conducta social, en el comportamiento lingüístico y lúdico, en la creación formativa, en intereses musicales y literarios.


El pensamiento creativo del niño recibe los estímulos y las motivaciones más fuertes en la edad pre-escolar, en la cual ya se forman y orientan hábitos, actitudes y facultades que perduran el resto de su vida.
















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